Introducción
Imagina que, de un día para otro, se apagan los satélites, desaparece la señal del GPS, las redes eléctricas colapsan, internet deja de funcionar y los sistemas bancarios se paralizan. No es ciencia ficción: es un escenario posible si una tormenta solar como la del Evento Carrington volviera a repetirse hoy.
En 1859, una eyección de masa coronal golpeó la Tierra con tal fuerza que provocó incendios en telégrafos y auroras boreales visibles cerca del ecuador. En aquel entonces, el mundo apenas dependía de la electricidad. Hoy, en cambio, caminamos sobre un frágil andamio digital que podría derrumbarse ante una amenaza similar.
¿Qué es un Evento Carrington?
El Evento Carrington fue la tormenta solar más intensa registrada en la historia. Ocurrió entre el 28 de agosto y el 2 de septiembre de 1859, y fue observado por el astrónomo Richard Carrington, quien detectó una llamarada solar anormalmente brillante. Pocas horas después, una enorme eyección de masa coronal alcanzó la Tierra.
Los efectos fueron sorprendentes: auroras boreales visibles en zonas tropicales, sistemas telegráficos que emitían chispas o funcionaban sin baterías, y fallos generalizados en las comunicaciones.

¿Podría repetirse hoy?
La respuesta es sí. De hecho, ya ha habido otros eventos significativos:
En julio de 2012, una tormenta solar del calibre del evento Carrington pasó cerca de la Tierra. La NASA confirmó que, de haber impactado, los daños habrían sido «devastadores».
En mayo de 2024, se registraron tormentas solares de gran intensidad, visibles incluso en España, que causaron ciertas interrupciones menores.
Según la actividad del ciclo solar, se espera que el próximo máximo solar ocurra en 2025, lo que aumenta la probabilidad de eventos extremos.
Impacto potencial en nuestra sociedad hiperconectada
A diferencia de 1859, hoy vivimos en una sociedad absolutamente dependiente de la tecnología:
Satélites: Comunicaciones, GPS, predicción meteorológica, defensa…
Redes eléctricas: Una tormenta severa podría provocar apagones de días o semanas.
Sistemas bancarios: Cierres de operaciones, bloqueo de cajeros, imposibilidad de realizar pagos.
Internet y telecomunicaciones: La base de la economía digital se paralizaría.
Además, muchos procesos tradicionales han desaparecido o están olvidados: mapas en papel, escritura manual, conocimientos de reparación analógica, archivo físico de documentos…

Reflexión: caminamos a hombros de gigantes
Como dijo Newton, «si he visto más lejos es porque estoy subido a hombros de gigantes». Nuestra civilización también lo está: cada avance tecnológico se apoya en generaciones de conocimiento acumulado. Pero también hemos olvidado los peldaños anteriores.
Si perdiéramos nuestras infraestructuras digitales, volver a «subirse a los hombros de los gigantes» no sería inmediato:
Reconstruir redes eléctricas puede llevar semanas o meses.
Reinstalar satélites y recuperar servicios GPS, años.
Recuperar datos no respaldados sería imposible.
Reeducar a la población en habilidades básicas analógicas tomaría generaciones.
¿Estamos preparados?
Hay medidas de protección:
Agencias como la NASA, ESA y NOAA monitorizan la actividad solar.
Se estudia la implementación de sistemas de desconexión automática en infraestructuras críticas.
Empresas de satélites están comenzando a diseñar hardware más resistente.
Sin embargo, la protección a nivel global sigue siendo insuficiente. A nivel personal, pocos disponen de radio de emergencia, agua almacenada, o medios alternativos de comunicación.
Conclusión
El Evento Carrington es una advertencia del pasado que debería inspirar acción en el presente. Nuestra dependencia tecnológica es una bendición, pero también una debilidad si no va acompañada de preparación.
Valorar, proteger y preservar el conocimiento acumulado es esencial. Porque si alguna vez caemos, deberíamos estar listos para volver a levantarnos… y para subirnos de nuevo a los hombros de los gigantes que nos trajeron hasta aquí.
¿Y tú, qué opinas? ¿Crees que estamos preparados para afrontar una tormenta solar de gran magnitud? ¿Qué cambiarías para proteger mejor nuestra tecnología? Déjame tu comentario y abramos el debate.